Pedro Sánchez y su Plan Maestro: Montar Fábricas en España… Desde Pekín

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Pedro Sánchez lo ha vuelto a hacer. En un despliegue de estrategia que haría palidecer a cualquier maestro del ajedrez, el presidente del Gobierno ha anunciado su intención de reducir la dependencia de China montando fábricas en España… mientras se encuentra, nada más y nada menos, que en Pekín negociando con Xi Jinping. Porque, claro, ¿qué mejor lugar para planear la independencia industrial que el mismísimo epicentro de la dependencia?

El Arte de Decir una Cosa y Hacer Otra

Según fuentes cercanas a Moncloa, Sánchez quiere convertir a España en el nuevo Silicon Valley de Europa, pero con sol y tapas. La idea es atraer inversiones para fabricar productos estratégicos como baterías, coches eléctricos y hasta imanes (sí, imanes), todo bajo un flamante sello Made in Spain. Sin embargo, para cerrar estos acuerdos, ha decidido hacer una visita relámpago a China y Vietnam, porque aparentemente no hay mejor manera de demostrar autonomía que pidiendo ayuda al gigante asiático.

En su reunión con Xi Jinping, Sánchez habría dicho algo así como: «Queremos ser independientes de vosotros, pero necesitamos vuestra inversión para lograrlo». Una lógica tan impecable que seguramente dejó a Xi rascándose la cabeza mientras firmaba otro memorando de entendimiento.

Vacaciones Diplomáticas o Turismo Comercial

La gira asiática de Sánchez incluye reuniones con empresarios chinos y vietnamitas, además de algún que otro foro empresarial donde se hablará mucho y se decidirá poco. Mientras tanto, en España, los ministros intentan explicar cómo montar fábricas con capital chino no contradice el objetivo de reducir la dependencia. Es un poco como decir que vas a dejar de comer chocolate comprando una fábrica de bombones.

Por si esto no fuera suficiente, esta visita coincide con la guerra comercial desatada por Donald Trump. Porque si algo le faltaba al tablero internacional era un poco más de caos arancelario. Trump ha subido las tasas hasta niveles estratosféricos, pero Sánchez insiste en que «no necesitamos otra guerra comercial». Lo que sí parece necesitar es un buen mapa para entender cómo salir del agujero negro comercial que representa China.

El Déficit Comercial: El Elefante en la Habitación

Con un déficit comercial con China que roza los 45.000 millones de euros frente a unas exportaciones españolas de apenas 7.400 millones, uno se pregunta si este viaje es más bien una misión imposible. Pero no hay problema; según Moncloa, la solución está en diversificar mercados… desde Asia. Porque nada dice «diversificación» como poner todos los huevos en una cesta aún más grande.

Moraleja Final

Como dijo sabiamente Rubén Alonso: «Si vas a pescar tiburones, no te olvides del flotador… o del sentido común.»


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